Clara García ríe y muestra su hermosa sonrisa cuando se le pregunta si va a ser candidata, en el minuto cero de la grabación de una extensa charla con El Litoral. Esquiva esa pregunta con todas sus artes, pero no las definiciones políticas de fondo sobre qué piensa que debe hacer el socialismo en 2023.
Clara García: «No hay que enamorarse solo de lo que hicimos bien»
Sostiene que un programa de gobierno, un acuerdo programático puede superar los límites ideológicos que tantas veces se han puesto los partidos que ahora buscan integrar una alianza. No duda que el socialismo debe ser parte de una alternativa frentista opositora con características propias en Santa Fe.
Reflexiona sobre las posibilidades de Santa Fe en el contexto nacional, respecto de crear un frente con radicales, demoprogresistas y también con el Pro, con características propias en el mapa de la bota porque es distinta la historia de los partidos políticos en la provincia. Por momentos, habla de su vida y de sus dolores, con una efusiva introspección de la que es consciente.
Siempre frontal, advierte que la realidad política está por sobre los deseos de sus protagonistas. Y que jugará el rol que su partido determine. Sostiene que hay tiempo para ponerle nombres a los candidatos de los acuerdos programáticos de un frente opositor en Santa Fe.
«Antiperonismo», no
La diputada rechazó que el frente sea una expresión del antiperonista. En lo personal, dijo que el PS «va a ser protagonista y tengo con el socialismo un compromiso político y de vida; en ese contexto voy a ser protagonista, es prematuro poner nombres».
En cuanto a los acuerdos programáticos para «construir una síntesis» entre distintos partidos, sostuvo que en Santa Fe «hay avances» aunque con las dificultades normales que impone el tenso clima político nacional que cree que como -el daño económico y social- influirán fuerte en la provincia durante 2023.
«La coalición de gobierno del país tiene una dinámica de diálogo interno enormemente destructiva. Y la principal coalición de oposición «por momentos también».
«Los contornos de izquierdas y derechas, de progresistas y conservadores, no se da ya tanto entre las marcas partidarias sino en el plano de las convicciones de militantes y de líderes que ejercen la conducción. Mas que en el sello partidario vamos a ir a buscar en la fuerza y la pasión los ideales progresistas», afirmó.
Lo que nos hace falta es escuchar, prestar atención a lo que nos dice la gente», apuntó.
Críticas
«Somos muy críticos al gobierno de Omar Perotti que, en diálogo con la oposición y en su gestión, ha sido tan de derecha como otros partidos que tienen ese rótulo», señaló ante una pregunta. Antes recordó que la privatización del banco provincial, que tanto podría servir par marca visiones ideológicas, fue ejecutada por «un gobierno que se suele rotular como progresista», durante el obeidismo.
Comentó que esta semana el Ministerio de la Producción convocó a propietarios de camiones cisterna para llevar agua a la zona más complicadas. «Llevamos tres años de sequía y de Niña. Y de una situación que se sabía que iba a ser cada vez más compleja. No hubo previsión, ni ayudas a la altura del desastre ambiental que afecta a la economía». San
Sobre Cambiemos
El Litoral comentó que los tres gobiernos del Frente, entre 2007 y 2019 tuvieron un signo progresista, que parte de las críticas más duras fueron de Juntos por el Cambio, y preguntó cómo se convivirá en un frente que tenga al PS y al Pro.
«Como toda discusión compleja -respondió- requiere que quienes se sienten a la mesa tengan primero mucha inteligencia para no detenerse en lo menor, para llegar al punto nodal del acuerdo. También, mucha generosidad y tener una mirada más amplia para observar cuáles son los riesgos mayores: afuera de los acuerdos entre distintos partidos políticos está la antipolítica y la violencia, que por aquí es todavía solamente simbólica pero en países vecinos ya es física y está en las calles», comparó.
«Tenemos que tener amplitud en la mirada y libertad de decisión para que en la provincia haya una conformación muy santafesina y en otras provincias otras construcciones distintas». Tal como ocurrió con el Frente Progresista en el que la UCR, una de sus fuerzas más importantes, «en los últimos años al mismo tiempo estaba a nivel nacional en Cambiemos», observó.
Sobre el Pro, García dijo que «no es un partido que tenga una incidencia que pueda implicar un problema en Santa Fe; veo además en sus dirigentes el interés en formar una coalición».
«La clave -siguió- es tener una mirada santafesina por sobre las obediencias partidarias, para cuidar los intereses de la provincia». Enumeró las distintas formas en que se lesiona el federalismo, desde las retenciones sin compensación hasta los subsidios nacionales a servicios públicos y transporte que sólo cubren al Amba, pasando por el Canal Magdalena «con el que Kicillof le quiere quitar cargas a Santa Fe». Se extendió sobre la pérdida de las política de Estado para la promoción de los biocombustibles, y advirtió que fueron «los gobiernos Néstor y Cristina» los que no le pagaron la coparticipación que le correspondía a Santa Fe. «Una deuda K que luego fue M», sintetizó y apuntó diferencias conocidas con la actual forma de pago.
Señaló que «sobran núcleos para tener una mirada desde Santa Fe que nos una, con los beneficios de lo que fue una experiencia de gestión, pero también con las miradas nuevas, porque no hay que enamorarse solamente de lo que hicimos bien. No es bueno detenerse, limitarse a pensar que solo lo propio es lo único bueno… A veces repetimos lo que nos da resultado, pero nos perdemos lo que pasa afuera: no notamos que las cosas cambiaron».
«No es bueno para quienes lideran procesos políticos o en los equipos de gobierno rodearse solo de los que piensan solo como uno, de los que opinan igual que uno. Hay que escuchar», subrayó.
Mucho más que la viuda de
Clara García por ahora no dice si será candidata. Lo fue en 2021 y en circunstancias más difíciles. No logró ser senadora nacional pero le ganó con comodidad en el Frente Amplio Progresista a alguien que por años ocupó ese cargo: Rubén Giustiniani. En las Paso de septiembre de ese año obtuvo 125 mil votos y creció en otros 90 mil para las generales.
Varias fechas de ese año no alcanzan explicar qué paso, pero permiten pensar en lo duro que sin dudas fueron esos meses de 2021 para la diputada provincial.
El 18 de febrero el país supo del Vacunatorio VIP contra el Covid; a mediados de abril fue internado su esposo, el ex gobernador Miguel Lifschitz, que falleció sin que alcanzara a llegarle su turno el 9 de mayo de ese año. El 25 de julio Clara García era oficialmente precandidata a senadora nacional para las primarias que se celebraron el 12 de septiembre. El 13 su compañero hubiera cumplido años. Las elecciones generales fueron el 14 de noviembre.
El Litoral le señaló que en el socialismo no están bien vistos los liderazgos hereditarios. «Quienes hemos vivido duelos aprendemos a convivir con el dolor al mismo plano que la fuerza con la que se sigue adelante. Con una mano, una recoge pedazos de sí, y con la otra reconstruye. El dolor no se va nunca y forma parte ya de su nueva condición, de ser doliente. Pero soy una militante de 35 años en un partido de decisiones colectivas».
Hace dos años «formé parte de una decisión en la que (la ex intendenta de Rosario) Mónica Fein y yo -sin Hermes y sin Miguel- y con tantas otras mujeres del socialismo, nos decíamos en 2021 ‘esto no es una patriada es una matriada’, nos tocó ese rol, como aquí a Laura Mondino. En Rosario, soy Clara García (a secas) desde siempre», advirtió.
«Vivo con contradicciones: me alegra y me alimenta lo bien que me hablan de Miguel, en todas mis visitas, me da una enorme emoción y sin embargo, al mismo tiempo esas manifestaciones son propias de una ausencia muy presente. Pienso que nos dejó una antorcha, que entregaremos pronto a la generación siguiente», confesó.