Entrevista
El Litoral y Norte24 mano a mano con la hija de una argentina secuestrada por Hamás
Natalia Madmon recibe a este medio en el comedor del kibutz de Nir Oz, al límite con Gaza, donde los extremistas de Hamas torturaron, mataron y secuestraron civiles el 07 de octubre, entre ellos su madre.
Ofelia Roitman tiene poco más de 70 años. Es argentina. Cuando amanecía el 07 de octubre, avisó a su hija que estaba bien, que había apagado las luces y que se sentía segura. Pocas horas después no hubo más noticias y el testimonio de un vecino delató su desenlace. Todo es desastre alrededor de su hogar, que El Litoral y Norte24 pudo visitar en Israel.
Todo está revuelto, roto o quemado. El olor es insoportable. La escena transmite la vibra del terror que vivieron las personas en ese kibutz de Nir Oz, al lado de la Franja de Gaza, desde donde hoy mismo siguen lanzándose ataques terroristas.
En el comedor comunitario y sentada en el mismo lugar donde solía hacerlo su madre, Natalia Madmon conversa con el autor sobre los acontecimientos y sus expectativas.
Los destrozos en la vivienda de la argentina secuestrada por Hamás. Crédito: El Litoral
-¿Qué podés contarnos de tu mamá y lo que pasó?
-Mi mamá es vive acá yo vivo en un moshav cerca. A las seis y media escuchamos que empezaron a tirar y, como sabemos, entramos en el refugio de casa. Mamá todo el tiempo mandó mensajes que está bien, que se siente bien, que está en el refugio. Después, a los diez y veinte minutos, llamamos de vuelta y nos dijo que está bien, que cerró las luces, que se siente protegida. A las nueve y cuarenta no se escuchó más de ella. A las siete, cuando pudieron entrar a la casa y ver que no está, la vecina me mandó un mensaje que ella le hizo, que decía, que mamá dijo, “por favor, por favor, están acá”. Y nos contó que se escucharon los vidrios que rompieron, para mí entraron por la ventana.
-¿Cómo te impactó?
-En ese día paró toda mi vida. Cuando como, pienso en ella; cuando duermo, pienso en ella; cuando me baño, me pregunto si ella se puede bañar. Es terrible, no se puede vivir así.
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-¿Cómo sigue tu relación con el gobierno, con las autoridades? ¿Qué se hace en una situación así?
-Primero quiero que la devuelven, eso es lo que pido del gobierno, que haga todo para traerla a ella y traer a todas las 240 personas, chicos, viejos, enfermos, soldados, no soldados. Chicos que fueran a bailar. Y eso es todo lo que hicieron, bailar y estar contentos. Y los mataron allá a un montón y agarraron también. Yo pido que todos los días alguien me llame y me diga qué hoy hizo para devolver a mi mamá. Y eso no lo escucho. Yo quiero que todos los días me miren a los ojos y digan, hoy hicimos esto y tratamos de esto y queremos esto. Y no hay, no hay eso, no tengo eso.
Los destrozos en la vivienda de la argentina secuestrada por Hamás. Crédito: El Litoral
-¿Cuál es el mensaje a los argentinos?
-Quiero pedir al gobierno de Argentina, que tiene contactos con Qatar, que pida nuestro grito de todos los argentinos, hay más de veinticuatro, y pido que griten mi grito. Que todo el mundo sepa quién es Hamas, qué hizo, y que se tiene que negociar con Hamas, pero Hamas se tiene que ir del mapa, no tiene que estar. Ellos violaron, quemaron, mataron, robaron. No solamente Hamás, también la gente de allá (los civiles de Gaza) entraron. A mi casa, a la casa de mi mamá, entraron a robar, chicos, viejos, grandes, y hay que hacer algo.
Los destrozos en la vivienda de la argentina secuestrada por Hamás. Crédito: El Litoral
-¿No sólo eran terroristas quienes atacaron?
-Vinieron cientos de civiles a robar, a quemar, aprovecharon la irregularidad del momento. Los jefes de Hamas también les dijeron que si ellos agarraban gente de Israel, iban a recibir casas y plata y así fue. Yo creo que a muchos del kibbutz se los llevaron gente común, como yo o como alguien corriente.