Inflación: febrero marcó 6,6% empujado por alimentos y bebidas no alcohólicas
El nivel general del Índice de precios al consumidor acumuló en el primer bimestre del año una variación de 13,1%. En la comparación interanual, tuvo un incremento de 102,5%. Nada parece indicar que haya una baja pronunciada en los próximos meses.
Por Mario Cáffaro
El costo de vida mostró una fuerte suba en febrero y llegó al 6,6%, mientras acumuló un 102,5% de suba en los últimos doce meses, informó el INDEC. El rubro alimentos y bebidas mostró una fuerte disparada y llegó al 9,8% «principalmente por la incidencia que tuvo el alza de Carnes y derivados y de Leche, productos lácteos y huevos», precisó el organismo.
Más allá de los constantes anuncios del gobierno sobre acuerdos de precios, sobre extensión de plazos de pagos, de subas de producción de petróleo y gas, sigue impactando una de las peores sequías de la historia del último siglo. «La sequía es una catástrofe callada que no se visibiliza como un terremoto», decía esta semana la presidenta de Carsfe, Sara Gardiol, al momento de cuestionar la falta de apoyo de los gobiernos nacional y provincial a los productores. Este martes, en la contratapa de Clarín, Cris hace dialogar a dos campesinos sobre el tema. «A pesar de ser una sequía grave veo poca información en la televisión», dice uno. El otro le contesta «una sequía nunca va a tener el rating de un tsunami». Pero, callada, la sequía impacta en la góndola o en el mostrador de la carnicería más allá de la devolución del 10% para el pago con tarjeta de débito.
La carne fue el ancla para que el año pasado el índice de precios no superara los 100 puntos porque el productor se deshizo de hacienda ante la falta de pasturas y de espaldas para mantenerse en pie. Cuando el ritmo de liquidación de cabezas se atenuó, subieron los precios y frigoríficos pueden exportar cediendo cortes para que las grandes cadenas de supermercados vendan barato especialmente en el AMBA. El productor lechero, sin pastos, reduce stock y paga más cara la alimentación por escasez y por los llamados dólares soja I y II que también impactaron en la alimentación de aves y por ende en el precio de los huevos. Ahora se suma la gripe aviar. No falta nada.
«Los precios núcleo crecieron por arriba del nivel general. Los precios regulados y estacionales ayudaron a contener el aumento de dicho nivel general» señala el informe distribuido anoche por Pablo Olivares de la consultora santafesina P&G.
Todo proceso inflacionario tiene múltiples causas. Para muchos analistas es central atacar el déficit fiscal para atenuar la inflación, para otros es central el control de precios y así sucesivamente.
La Argentina tiene una economía con muchos flancos débiles en materia financiera y presupuestaria a lo que ahora se le suma el impacto de la sequía que hará retroceder la disponibilidad de dólares por falta de exportaciones que no se podrán realizar por carecer del producto. A la falta de dólares, se le agrega la presión de la inflación en alimentos indispensables en la mesa argentina de todos los tiempos como carne, leche y hasta frutas y verduras producto de la sequía.
La suba de febrero se ubicó por encima de las proyecciones de las principales consultoras y analistas de mercados. «Alimentos y bebidas no alcohólicas comenzaron liderando los aumentos en el primer bimestre de 2023 y metiendo presión sobre el nivel general. Pero en términos interanuales siguen alineados a dicho nivel general», acota el informe de Olivares.
En el primer bimestre, la inflación acumuló un alza del 13,1 por ciento, precisó el Indec. También hubo un salto importante en los precios de comunicaciones (celulares y otros), del 7,8%, mientras que restaurantes y hoteles subieron 7,5%, impulsados por el turismo de verano.
La división de mayor aumento en el mes fue Alimentos y bebidas no alcohólicas seguidas por Comunicación (7,8%), sobre la que incidió el alza de los servicios de telefonía e internet y Restaurantes y hoteles (7,5%), por las subas en Restaurantes y comidas fuera del hogar.
También se destacó en el período el aumento de: las cuotas de las prepagas, que impactó sobre Salud (5,3%); cigarrillos, en Bebidas alcohólicas y tabaco (5,2%); los combustibles, dentro de Transporte (4,9%); y los servicios de electricidad y agua en algunas regiones, en Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (4,8%).
El aumento de Alimentos y bebidas no alcohólicas (9,8%) fue el que más incidió en todas las regiones. Al interior de la división, se destacó principalmente la suba de Carnes y derivados. A su vez, aunque con menor magnitud, se destacaron las subas en Leche, productos lácteos y huevos; y en Frutas, por cuestiones estacionales.
Las dos divisiones de menor variación en febrero fueron Prendas de vestir y calzado (3,9%) y Educación (3,2%). A nivel de las categorías, el IPC Núcleo lideró el aumento (7,7%), seguido de Regulados (5,1%), en tanto que Estacionales registró un incremento de 3,3%.
En el primer bimestre se observa una leve depreciación en el tipo de cambio real, en contraste con las apreciaciones durante 2021 y 2022.
Suben aranceles para computadoras
El Gobierno modificó los aranceles de importación de cuatro clases de computadoras portátiles, para elevarlos de cero al 8% y al 16%, según el modelo. La decisión, que impactará en los precios de esos equipos en el mercado interno, se tomó para «fortalecer al sector industrial» argentino y se formalizó a través del Decreto 136/2023, publicado en el Boletín Oficial.
A través de esa norma se modificó otro decreto, de 2021, por el que se incorporaron decisiones del Consejo del Mercado Común del Mercosur que autorizaban a la Argentina a establecer una alícuota distinta al Arancel Externo Común (AEC) para bienes de capital, bienes de informática y telecomunicaciones «incluso del 0%».
Ahora, el Poder Ejecutivo dispuso elevar al 8% la alícuota para computadoras de peso inferior a 3,5 kilos, con teclado alfanumérico de por lo menos 70 teclas y con una pantalla de área superior a 140 centímetros cuadraros e inferior a 560 cm2″.
En la misma línea, modificó la alícuota aplicable en concepto de Derecho de Importación Extrazona (DIE) para llevarla al 16% en el caso de computadoras «de peso inferior a 350 gramos con teclado alfanumérico de por lo menos 70 teclas y con una pantalla de área inferior a 140 cm2» (tablets).
El decreto no incluye al resto de las computadoras que se ofrecen en el país, como las PC de escritorio, All in One, servidores y componentes para ensamblar notebooks, que continuarán ingresando con arancel cero.
El Poder Ejecutivo justificó esta medida al señalar que «por su impacto económico y social, el desarrollo y promoción de una industria nacional productora de equipamientos informáticos portátiles resulta una prioridad en las políticas desarrolladas por el Gobierno Nacional».
«El aumento de los niveles de producción de tales equipos redundará en un aumento de la oferta disponible de los mismos en el mercado interno a precios más competitivos y accesibles, permitiendo, a su vez, aumentar los niveles de las exportaciones de los bienes fabricados localmente, de alto valor agregado», añadió.
Por ese motivo, consideró conveniente «fortalecer al sector industrial en cuestión, generando los incentivos necesarios para la radicación y aumento de los volúmenes de producción de tales equipos».
La decisión oficial fue cuestionada por el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta: a través de su cuenta en twitter, aseguró que a partir de este decreto «las notebooks van a ser más caras».
«Como el Gobierno de Mauricio bajó los aranceles de importación en 2017, ellos los suben. ¿Los perjudicados? Los argentinos que necesitan una computadora. Trabajar, estudiar, vivir se vuelve más caro», se quejó el también precandidato presidencial de Juntos por el Cambio.