Los alimentos llegan con incrementos que rondan el 20%, mientras que otros rubros están en el 15%

Todos los comerciantes consultados coinciden en que es una crisis terminal. Independientemente de los resultados de las elecciones del fin de semana pasado, los costos de los productos venían subiendo paulatinamente en nuestra región. 

"Antes de prepararme los mates de todas las mañanas tengo que ponerme a verificar las listas de precios", dijo para Norte24 la propietaria de un pequeño comercio de barrio que se especializa en la comercialización de repuestos para motos. "Mis hijos que tienen un pequeño taller de motos pasan los presupuestos sujetos a modificación", comentó Liliana. 

Dijo que los mayoristas que la asisten con repuestos acortaron los plazos para pagar la mercadería, "yo te consultaría a vos que va a pasar", dijo cuando la consultamos sobre la posibilidad de que sus clientes dejen de comprar. 

"Yo no soy una gran repuestera, te das cuenta de que estoy ubicada en un lugar muy alejado del centro, tengo mucha competencia, mis clientes saben que siempre intento darles el mejor precio", señaló preocupada. 

"Decirle a mis clientes que todo se maneja de acuerdo al dólar es faltarles el respeto, ellos son laburantes, muchos cobran por semana y otros de manera quincenal", comentó. Aseguró que semanalmente los repuestos vienen aumentando entre el 10 y el 20 %. Igualmente, comentó que el lunes después de las elecciones no había lista de precios. 

Quizás el repuesto de la moto no es un artículo de primera necesidad, pero lo incluimos en nuestro informe porque la moto constituye en el principal vehículo de traslado de los habitantes de Reconquista y la región. 

El pan de todos los días

Consultamos con varias panaderías de la ciudad, sin lugar a dudas la materia prima con más crecimiento es la bolsa de harina. "Pero no todo es materia prima, el pan no lo puedo hacer solo yo, imagínate que necesito contratar gente, entre el 931 (aportes) y el sueldo se te va toda la ganancia", dijo Romina mientras despachaba su mercadería a los clientes. 

"Otra cosa con el aumento de costo de la energía eléctrica, los insumos se nos fueron por las nubes", dijo la propietaria de una panadería céntrica, a lo que agregó que todos sus hornos son eléctricos. "Yo veo en las noticias que hablan de que el pan va a llegar a 1.000 pesos y me vuelvo loca, a quien le vamos a vender me pregunto", dijo, preocupada. 

Añadió que también a ella se le acortaron los plazos para pagar la materia prima. "Da una pena la gente que te pide que le vendas pan por 100 pesos, o te pide si tenés facturas o pan de dos o tres días atrás para poder comer algo de pan", contó con los ojos húmedos. 

No obstante, dijo que para ella lo que menos aumentó fue la harina, "pero todo lo otro aumentó entre un 10 y un 15 %, por eso pudimos mantener el precio del kilo de pan en 560 pesos, sé que en otros lugares sigue aumentando, pero hacemos el esfuerzo para mantener los precios", valoró. 

"Hay mucho temor a vender y a después no poder reponer algunos productos, eso nos dicen los proveedores", concluyó Romina.

Comida para llevar

Podría considerarse que pedir delivery de comida en esta situación de crisis es un gusto que nadie puede darse. Pero cuando se trata de una casa de comida que tiene cerca de 300 platos que se distribuyen en distintas oficinas, comercios e industrias, es para tener en cuenta. "Esta mañana a las 7 de la mañana me mandaron del depósito de un mayorista que aumentó todo", dijo Daniel, propietario de una histórica casa de comida de la ciudad. 

"La carne, se fue también por las nubes, te doy un ejemplo de 2.800 pesos que salía al kilo de asado, ahora está a 3.300 pesos, en pocas horas el precio voló", lamentó.  "La molida común de 1.400 pesos se fue a 1.800 pesos, y va a seguir aumentando", contó el propietario de la casa de comidas. 

Marcó que el incremento del pollo lo sorprendió muchísimo, "pasó de 600 pesos el kilo a 700 pesos y de ahí en dos días se fue a 890 el kilo", manifestó.  

"La mercadería en góndola, sufrió un aumento que va del 15 al 20 % en todo, esos incrementos no se los puedo trasladar a las personas que comen de acá todos los días, porque no hay forma de que te lo paguen, los sueldos no aumentaron tanto", aseveró. 

La palabra del consumidor

Mientras Liliana revisaba su lista de precios, Juan, un cliente, nos dijo que tiene que arreglar si o si la moto, "estoy trabajando en una obra en Avellaneda, como llego hasta allá sin la moto", nos preguntó el joven albañil. "Y ahora se viene el aumento de la nafta, y de eso quién se hace cargo", nos desafió.

Antes de cerrar negocio le dijo a Liliana que iba a comprarle los repuestos semana por semana, la dueña del comercio con una sonrisa cómplice accedió a entregarle el repuesto, "ahora me falta arreglar con los mecánicos, espero que se recaten", dijo con humor. 

Solo el pan del día

Silvana nos contó que antes llevaban algunas facturas de la panadería de Romina, pero ahora aunque quieran les resulta imposible. "Nuestro sueldo quedó lejos de esos lujos", sentenció. Una mujer de unos setenta años, que estaba en la panadería, contó que cobra la jubilación minina, "pan y nada más, otra cosa no me da el cuero", contó. Cuando se retiró la cliente, Romina nos contó que Ana va todas las mañanas y es una de las clientas desde que arrancó con la panadería, "me da pena que muchas veces no se lleve los bizcochos que tanto le gusta", reflexionó. 

No me aumentes

Mientras Daniel nos contaba la realidad de su negocio, Gabriel, un empleado bancario, dijo que muchos amigos le dicen que es un afortunado de tener buen sueldo y poder comer de esa casa de comida, "me sirve que es buena cocina, sana y barata, además Daniel no nos cobra el envío, eso en la suma del mes sirve y mucho", contó el bancario. 

"Por favor somos vecinos, no traslades los aumentos al plato del día", dijo Rosita empleada doméstica, que retira la comida para rápidamente seguir su trabajo en otra casa, relató que va a hablar con su patrona para que le adelante el sueldo, "no llego a fin de mes y eso que tengo dos trabajos", lamentó.