El último florista callejero
Marcelo Zabala: “Cada día tengo más amigos y clientes, todos en la calle saben quién soy”
Verdaderamente, es una persona que ha sabido construir un presente con mucho trabajo, regalando bendiciones a todo el mundo, parado sobre una profunda fe. No son pocos los que dicen que él y su canasto son parte del paisaje de Reconquista.
Cuando planteamos la necesidad de llegar a las tradicionales fiestas de fin de año con un mensaje positivo, inmediatamente pensamos en el Marcelo Zabala, ese que cuando necesitó que lo ayuden pidió y recibió, ese que vende un ramo de flores y en el momento mismo de darte su mercadería te brinda de corazón una bendición y el deseo de una buena jornada.
Es quien cuando necesitó ayuda la pidió y en tiempo de redes sociales la gente se convocó para darle una mano, cosa que él siempre agradeció.
Ayuda divina
“Cuando pensaba en algo para salir de los apuros económicos, de la nada se me presentó un joven y me dijo esto es para vos Marcelo y era un fajo de dinero, no sé si era de acá, si me conocía, para mí fue alguien que me puso Dios para que yo termine con esas preocupaciones”, narró para Norte24.
“No hay otra persona que haga este trabajo”, dice emocionado y orgulloso, “por eso le doy gracias a Dios, por todo lo que él me da”, dice con una profunda fe.
Señala que pudo optar por muchos trabajos, “pero este es el que más me gustó”, remarca. “Yo no solo vendo flores, yo cosecho amistades”, dice con una inmensa sonrisa en su cara.
Subrayó que tiene muchos clientes fijos, “pero hay muchas personas me compran un ramo de flores para darme una mano, siempre digo que de las personas que menos esperamos son las que más nos ayudan”, comentó emocionado.
Los que menos tienen
“Hay personas que juntan cartones, pero me compran flores, como no agradecer a Dios”, contó Marcelo Zabala, que en ese mismo sentido dijo que él siempre pide que las personas puedan tener un buen trabajo, “si ellos pudieran tener un buen trabajo, quizás todos podríamos estar mejor”, expresó ilusionado.
Mencionó que junto a su señora se preocupan por estar bien uno con el otro, “siempre hay que buscar la armonía en el hogar, para que todo esté bien”, lo expone como una máxima suya.
“Hace 35 años que hago este trabajo, pero no me pregunten cuantos kilómetros camino por día porque solo sé que son muchos”, detalló de su labor cotidiana.
Preocupación económica
“Económicamente, tengo lo justo y necesario”, lo afirma como una regla en su vida. “Tengo para comer, Dios me pone a las personas que me compran las flores y me alcanza para pagar los impuestos, pero no me desespero porque no sé cuándo Dios va a venir por mi vida y ahí no puedo llevar nada, quiero ascender y estar en el cielo cuando sea el momento”, sostuvo con humor.
Hacer una nota con Marcelo en la calle es casi imposible, al ser una persona tan conocida es difícil lograr su atención, es imposible que termine una frase sin cortar una y otra vez para saludar a quienes lo quieren y ven en él un hombre trabajador y con una gran fe en Dios.
“Todo aquel que busca un diálogo con Dios, recibe una bendición y una ayuda, a cambio, más allá de lo económico, es lindo estar conectado con él”, predica.
El fenómeno de “El Niño” golpea fuerte al norte santafesino, con días de mucha lluvia, lógicamente esto complica salir a vender flores a la calle, pero eso no le impide que su clientela lo espere como cada día, “yo la voy a estar visitando”, le dijo mientras charlaba con nosotros a una mujer que le reclamó el ramo semanal.
Contó que sus hijos están grandes y trabajando, que ahora solo se dedica a recibirlos cuando vienen a visitarlo, “les doy un gran abrazo, les doy mis bendiciones y les digo lo mucho que los quiero”, aseveró.
Optimismo
En cuanto a todas las cosas feas que pasan en la vida, dijo que todo lo que va a suceder ya está escrito en la Biblia. “Todo aquel que busca un diálogo con Dios, recibe una bendición y una ayuda a cambio, más allá de lo económico, es lindo estar conectado con él, eso es lo que hago todos los días”, señaló seguro.
“Cuando se viene de una familia muy humilde, ser agradecidos es lo mejor que podemos hacer”, señala como una virtud suya, analiza al año que se va como un hermoso año, “estuve bendecido por Dios. Agradezco a todos los reconquistenses que me siguen ayudando comprando un ramo de flores, también les deseo un gran 2024”, quiso dejar como mensaje.
Antes de finalizar dijo que él sabe que lo suyo es un trabajo, pero que salir a la calle con su sonrisa siempre presente es una forma de devolver todo lo que la gente hizo por él cuando lo necesito. “A la gente siempre le digo que busque a Dios y no se desespere por lo económico, hay que agradecer lo que tenemos y disfrutar la vida”, se despidió el último florista callejero de la ciudad de Reconquista.