El INTA recomendó cuidar “agua y pasto” y “eliminar” animales improductivos para evitar una catástrofe ganadera
La agencia de extensión del organismo en los Bajos Submeridionales relevó el régimen de lluvias de los últimos 12 meses. Al respecto, calificó al período analizado como “desastroso”. Aconsejó llevar al extremo cualquier medida de manejo de los rodeos.
Un informe técnico sobre datos de precipitaciones y su efecto sobre la ganadería en el norte provincial fue elaborado por la Agencia de Extensión Rural Garabato del INTA y dado a conocer en los últimos días.
Supervisado por el médico veterinario Claudio Martínez, el análisis de situación se nutrió de la información recopilada por la “Red pluviométrica” del Proyecto Local “Observatorio Territorial”, que lleva adelante el INTA Reconquista junto a sus agencias de extensión.
El objetivo del trabajo fue poner a la vista la distribución de las lluvias en dos puntos pluviómetros oficiales del norte de Santa Fe, a modo de dejar de manifiesto la “extraordinaria situación por la que estamos atravesando en cuanto a las escasas precipitaciones registradas”, de acuerdo a lo expresado en el resumen difundido.
La información versó sobre lluvias caídas desde el 1 de diciembre de 2021 hasta el 1 de diciembre de 2022 en la localidad de Garabato y en el establecimiento “Fortín Toro”, localizado en el kilómetro 47 de la Ruta Nacional 98, en el oeste verense.
Los dos puntos se encuentran localizados en el departamento Vera y “más allá de que los datos presentados sean solo de dos puntos, está claro que es representativo al resto de los territorios del norte provincial”, apreció el relevamiento.
En términos cuantitativos, la lluvia en Garabato del período (diciembre a diciembre) fue de 624 milímetros, prácticamente la mitad del promedio histórico y “lo peor de este dato es que no hubo ninguna lluvia superior a 75 milímetros en un solo día”, detalló el estudio, para tabular luego que solamente se registraron 4 lluvias por arriba de 50 milímetros, que se juntaron en el lapso de 18 días en el mes de marzo de 2022 (del 6 al 23 de marzo), sumando un acumulado de 257 milímetros en esos 18 días. “Sacando este antecedente, no se registró ni una sola lluvia superior a 40 milímetros en un solo día en el año”, precisó.
El reporte dio cuenta que, en cuanto al caso del establecimiento “Fortín Toro”, la situación fue todavía peor: “Las precipitaciones registradas sólo sumaron 508 milímetros y no hubo ni una sola lluvia por encima de los 50 milímetros en un solo día. Sí, se puede evidenciar un acumulado de 202 milímetros distribuido en 36 días, período desde el 6 de marzo al 10 de abril de 2022”.
“Combo perfecto”
Paralelamente, citó una publicación presentada por profesionales de INTA Reconquista en enero de este año que reflejó que diciembre de 2021 fue el peor mes de la historia si compara la relación “precipitaciones registradas/temperatura media mensual. Fue el mes que menos precipitó y, a su vez, el mes con más altas temperaturas medias, lo que provocó una evapotranspiración del suelo y un estrés térmico tanto en cultivos como en los pastizales naturales”, que representan la fuente de alimentación del ganado.
Posteriormente, la grave situación de las bajas precipitaciones en lo que va del año 2022 generó un “combo perfecto” para que el año sea “desastroso”, puntualizó el documento de la AER Garabato.
Y alertó que las consecuencias del déficit hídrico pueden verse en que “los pastizales no alcanzan a cumplir su ciclo biológico”, lo que puede generar un cambio en la composición botánica de los mismos. O sea que “las especies de mejor calidad para la ganadería, pueden ser reemplazadas por especies muy malas o poco palatables (gratas al paladar). La misma gravedad ocurre sobre la recarga de acuíferos y/o represas que representan la fuente de agua para los establecimientos ganaderos”, complementó.
Teniendo en cuenta todas estas cuestiones, consideró oportuno “extremar al máximo los recursos ‘agua y pasto’, priorizando las vacas en servicio. Indefectiblemente, debemos eliminar animales improductivos, vacas viejas/sin diente, toros con algún tipo de problema (todo esto a modo de ejemplo) para tratar de dejar la menor y estrictamente necesaria carga animal en el campo”.
Sobre el punto, desde la sede extensionista norteña se encomendó a los productores tener en cuenta que los animales ya vienen atravesando un año entero (o más) de estrés térmico, con consumo de agua de regular a mala calidad y estrés alimenticio, por lo que “llevar al extremo cualquier medida de manejo va a ser de utilidad para evitar una catástrofe” en la ganadería de la región.