Seguidores de Bolsonaro invadieron el Congreso, el Palacio presidencial y la Corte en Brasilia
Los manifestantes reclaman una intervención militar para destituir a Lula da Silva una semana después de su asunción. Rompieron vidrios, cámaras de seguridad, armarios y despachos.
Por César Rodríguez
Miles de seguidores del exmandatario de Brasil Jair Bolsonaro, que defienden un golpe de estado para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, invadieron este domingo el Palacio del Planalto, el Congreso Nacional y el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema), en Brasilia.
Lula se encontraba en Araraquara, interior de San Pablo, en una visita prevista en agenda desde el viernes para ver zonas de desastre causados por las lluvias, mientras algunos manifestantes llegaron hasta la puerta del Palacio del Planalto, la sede del gobierno.
Los militantes ultraderechistas llegaron a los edificios situados en Brasilia desde el Cuartel General del Ejército de Brasil, donde acampaban desde que Bolsonaro perdió las elecciones dos meses atrás, con el fin de exigir una intervención militar que impida la presidencia de Lula.
Los bolsonaristas sortearon en primer lugar las barreras policiales para asaltar las sedes del legislativo y del Poder Judicial, mientras que después asaltaron la presidencia. Los manifestantes rompieron vidrios, cámaras de seguridad, armarios y despachos en el Planalto y el STF.
El ataque a las instituciones en la Plaza de los Tres Poderes fue llevada a cabo por más de 5.000 personas que llegaron en más de 80 ómnibus de todo el país. Mientras Bolsonaro se encuentra en Orlando, Estados Unidos, adonde viajó tras abandonar el poder.
La situación fue comparada con la invasión al Capitolio, el Congreso de Estados Unidos, en enero de 2020 para desconocer la derrota electoral del entonces presidente Donald Trump, aliado de Bolsonaro.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en respuesta, determinó la intervención federal en la seguridad de Brasilia, cuyo gobernador, Ibaneis Rocha, es un aliado de Bolsonaro. El mandatario también aseguró que van a tener que pagar los policías del Distrito Federal que fueron filmados evitando detener a los manifestantes y calificó de «genocida» a Bolsonaro, a quien acusó de estar convocando a desmandes desde hace varios meses.
«Estos actos antidemocráticos deben sufrir el rigor de la ley», afirmó el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco.
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT) gobernante, Gleisi Hoffmann, acusó al gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, un aliado de Bolsonaro, de haber liberado la zona para permitir el avance de los golpistas.
Si bien se había montado un importante cordón de seguridad en torno a los edificios principales de los poderes constitucionales brasileños, los simpatizantes radicalizados lograron quebrar el cerco e ingresar a los predios.
Los extremistas, en su mayoría con camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil, atacaron algunos vehículos de la Policía Legislativa, encargada de brindar seguridad al Congreso. Además, destruyeron barreras de protección y, armados con palos, se enfrentaron a los agentes que intentaron contener, sin éxito, la entrada de los bolsonaristas.