Video: un aguará guazú caminando por las calles de Reconquista
Se lo vio por calle 36, entre Pietropaolo y Freyre. Cuando los sorprendidos transeúntes empezaron a seguirlo, el animal dobló en calle 36 y tomó calle Freyre del barrio Hospital de Reconquista.
Un vecino hizo un video del aguará guazú que se desplazaba por el barrio casi sin destino, «se lo nota cansado», dice el autor de la filmación que rápidamente se hizo viral.
A partir de conocerse el video comenzaron a hacerse muchas conjeturas con respecto a la aparición del animal que está en peligro de extinción. Para algunos este animal debió estar en cautiverio, para otros debió estar desorientado y venir de la zona rural. Conservacionistas evalúan la posibilidad de que se haya escapado, de que se haya escapado de algún domicilio, «es improbable que llegue al lugar donde fue localizado por sus propios medios», disparó, quien acercó el video a Norte24.
Su nombre
El aguará guazú (Chrysocyon brachyurus), en guaraní significa “zorro grande”, es, como su nombre lo indica, el más grande de los zorros sudamericanos. También conocido como lobo de crin o potrillo, es omnívoro y representa, para algunas culturas nativas, como los tobas y mocovíes, a un animal sagrado envuelto de espiritualidad.
Con presencia en las provincias de Corrientes, Formosa, Chaco, norte de Santa Fe y Córdoba, este de Santiago del Estero y sur de Misiones, el aguará guazú está catalogado a nivel nacional como especie amenazada y está incluido en diferentes programas y políticas de conservación de la fauna silvestre.
Características principales
El aguará guazú tiene un pelaje más bien largo, de color rojo, y en la nuca y la cruz tiene una especie de crin oscura. Es omívoro y caza de manera oportunista ratas, armadillos, cuises, aves, otros pequeños vertebrados e insectos, complementando su dieta con frutos silvestres. La hembra atrae al macho mediante vocalizaciones. La gestación se extiende de 62 a 66 días, con camadas compuestas por 1 a 5 crías (mayormente 2).
Para los criollos, el aguará guazú encarna la leyenda de lobisón para los criollos. Sin embargo, en la mitología toba es un ser protector y padre de todos los perros.